lunes, 5 de diciembre de 2016

Módulo 4



Módulo 4


1.- Caso elegido en el módulo 2.

         En el módulo 2 habíamos elegido un ejemplo de victimización de tipo pasivo, el de la alumna 34.
         La alumna 34 pertenece a una clase en la que la mayoría de los alumnos se sienten bien y consideran que tienen amigos en el aula. Además creen que no hay excesivos conflictos en su clase y que el ambiente, en general, es de relativo orden y tranquilidad. Pero sí que perciben que la alumna 34 presenta algún problema de convivencia (17 testigos).
         Dicha alumna no recibe maltrato físico y no es insultada de manera sistemática, pero sí está aislada y se habla mal de ella. La clase percibe que no tiene prácticamente amigos y son relativamente conscientes de que lo pasa mal. Es una alumna tímida, reservada, que no suele disentir ni llamar la atención. Al ser tan reservada y tranquila, junto con el aislamiento, le hacen ser una víctima propicia para un caso de acoso.
         Para solucionar el conflicto de la alumna 34 se proyectó un plan de intervención en el que se trataban los siguientes puntos:
a)     Entrevista con la alumna.
b)    Entrevista con los padres de la alumna.
c)  Actividades con el grupo de referencia: dinámicas para favorecer la empatía, salidas o actividades que ayuden a la creación de un sentimiento de “pertenencia al grupo”, actuación de los alumnos ayudantes, trabajar la autoestima y la aceptación de la diferencia así como el respeto.
d)   Reunión con los profesores del grupo.
e)   Creación de un buzón electrónico de ayuda.
f)   Trabajo individual con la alumna 34 para mejorar su autoestima y sus habilidades sociales.
Asimismo se desarrollaron una serie de medidas para poder evaluar la eficacia de la actuación llevada a cabo.

2.- Selección de una medida organizativa de aplicación al contexto y al caso.

a)     Contexto. Nuestro centro se encuentra en la zona sur de Madrid. Es un instituto de secundaria con pocos alumnos (unos 350), pero con amplios espacios y buenas instalaciones. Es un centro de integración para alumnos con problemas auditivos.
El alumnado es muy heterogéneo, proceden de diferentes colegios de primaria y existen muy diversas nacionalidades y niveles culturales en sus aulas. La situación socioeconómica es media-baja, con escasa (en general) participación de los padres en la vida diaria del instituto.
Al ser un centro de integración de alumnos con discapacidad auditiva el alumnado está familiarizado a trabajar en clase con la empatía y la aceptación del otro (aunque sea diferente). Aún así, el departamento de Orientación realiza jornadas con padres, alumnos y profesores para sensibilizar sobre estos asuntos.
En el centro, tanto en el Plan de Convivencia como en el Plan de Atención a la Diversidad se trabaja la mejora del clima en el centro y la necesidad de estar atentos ante cualquier caso de acoso escolar o maltrato entre iguales. Para ello en el centro se desarrolla un plan de alumnos ayudantes (hay dos por clase) encargados de vigilar la convivencia en sus aulas respectivas, colaborar en los pequeños conflictos y dar la voz de alarma ante situaciones que pueden ser susceptibles de acoso o de alumnos que se encuentren aislados en el grupo. Estos alumnos se reúnen quincenalmente o mensualmente con la Orientadora para: a) informar del clima de convivencia en su aula y b) trabajar habilidades sociales, resolución de conflictos…para poder ponerlos en práctica en sus clases.
También el centro, en su Plan de Convivencia, recoge un grupo de mediación, formado por profesores, alumnos y miembros de las familias. A él se pueden acoger los alumnos que se encuentren en algún conflicto para intentar, mediante el diálogo y la capacidad de llegar a acuerdos, solucionarlo y que no se vuelva a repetir.
El centro ha situado como un objetivo general anual en la PGA la mejora de la convivencia con un plan concreto que abarca muchos ámbitos: formación, mediación, trabajo en el respeto, trabajo en la limpieza y en la creación de buenos espacios de estudio, fiestas del centro en torno a la solidaridad, recogida de alimentos en fechas señaladas… toda una serie de actividades que se informan a profesores, familias y alumnos para intentar una concienciación colectiva sobre la importancia del clima escolar.

b)    Medida educativa. La medida educativa que se ha elegido para trabajar en el aula ha sido el aprendizaje cooperativo. Ofrece la posibilidad conjunta del trabajo en equipo y de la valoración individual, lo que favorece la mejora de la autoestima y las habilidades sociales; que son precisamente los aspectos que íbamos a trabajar con la alumna 34 en el módulo 2.
Partiendo del tipo de centro que hemos descrito nos parece la medida más adecuada, ya que la heterogeneidad y mezcla de niveles de tipo de alumnado son lo más adecuado para este tipo de trabajo. Además, teniendo alumnos con necesidades espaciales, la evaluación individual nos es muy útil para atender a toda la variedad de situaciones (alumnos con lengua de signos, que desconozcan español, problemas de comportamiento…)
Este tipo de organización nos facilita el conocimiento mutuo, el que casa miembro del grupo aporte sus mejores cualidades y que todos ellos se ayuden entre sí para obtener los mejores resultados posibles en su conjunto. Para una alumna como la de nuestro caso el trabajo en pequeño grupo le facilitará la comunicación con los otros alumnos y el sentirse más apoyada y valorada por sus compañeros.
Para llevar a cabo este aprendizaje:
-         Dividiremos la clase en grupo (no más de cinco). En ellos se intentará que se recoja la mayor variedad posible. En el caso de nuestra alumna 34, tras la valoración del test socioescuela se intentará que en el grupo haya un alumno ayudante, algún proactivo social y, por supuesto, que no estén aquellos compañeros con los que presenta mayor conflicto.
-         Se expone el tema a tratar y se pide al grupo que se organice y divida la tarea. Es importante que el profesor esté atento a esta fase, facilitando que cada alumno/a elija aquello para lo que está más capacitado. Es fundamental que todos los alumnos tengan una actividad para hacer y que la distribución de tareas esté equilibrada (tengan todos una carga de trabajo similar).
-         Se crean unas normas entre los mismos miembros del grupo. Se ponen por escrito y todos se comprometen a su cumplimiento.
-         Los alumnos deben comprender que su esfuerzo y trabajo individual influye de manera decisiva en el resultado global del grupo, por ello debe esforzarse para conseguirlo.
-         Se debe propiciar un ambiente de compañerismo y confianza entre los miembros del grupo, de manera que puedan pedir ayuda si lo necesitan y ayudar cuando lo consideran necesario.
-         Se valorará, al final, tanto el trabajo del equipo en su conjunto como el rendimiento individual. Con ello se crea una atmósfera propicia para conseguir alcanzar el fin propuesto.

3.- Protocolo de actuación

         Como medidas de actuación proponemos:
a)     Organización de los espacios.
a.1. Establecer vigilancia en las entradas y salidas del centro, ya que son los momentos más susceptibles de que puedan ocurrir situaciones de acoso. La atención permanente tanto del profesorado como de los vigilantes de control facilita esta tarea.
a.2. Vigilancia en los cambios de clase. Estos tiempos muertos entre clase y clase también favorecen las situaciones conflictivas. Eliminar los cinco minutos entre clase y clase y la atención del profesor de guardia son indispensables.
a.3. Recreos. Son el momento clave en el que se pueden producir los conflictos. Es necesaria la creación de unas guardias de recreo y de una distribución de los patios de manera coherente para poder abarcar todos los espacios. Las aulas deberán estar cerradas. Es necesario ofrecer alternativas para los alumnos que no deseen estar en el patio: biblioteca (con un profesor encargado para que los alumnos puedan hacer tareas, leer o consultar en los ordenadores…), sala de juegos (con profesor encargado y variedad de actividades a realizar), tareas deportivas organizadas (torneos de fútbol, baloncesto…). Los profesores de recreo, así como el equipo directivo tienen que estar vigilantes y disponibles ante las situaciones de conflicto. Pero, además, en el recreo es el momento en el que los chicos se sienten más libres y muestran más su forma de ser. Por ello es necesario que el profesorado esté atento a aquellos alumnos que estén solos o aislados para poder intervenir en esas situaciones.
a.4. Actividades complementarias y extraescolares. En las actividades que se realicen dentro o fuera del centro hay que tener cuidado con que no haya alumnos solos (en el autobús, al dividirlos por parejas, etc) para evitar determinados conflictos.
a.5. Actividades por las tardes. En un centro como el nuestro, que tiene por las tardes campeonatos escolares y el programa Refuerza, es necesaria la coordinación del equipo directivo con los encargados de estas actividades para poder detectar situaciones problemáticas.

b)    Organización interna.
b.1. Móviles. Prohibición absoluta del uso de móviles. Vigilancia extrema y sanciones recogidas claramente en el RRI con información a los padres para evitar problemas de cyberacoso.
b.2. Organización de los grupos. En las reuniones de la evaluación final de junio se valorará la convivencia de los grupos y el jefe de estudios junto con el tutor recogerán las posibles situaciones latentes de conflicto, valorarán los alumnos proactivos y los aislados y se tratará en la junta de evaluación las posibles distribuciones de alumnos para el siguiente curso. La observación constante y conjunta del profesorado evitará determinadas situaciones y contribuirá a separar a los que ejercen liderazgo negativo.
b.3. Mantener redes sociales a lo largo de varios cursos. Un mismo tutor o varios compañeros que se sirvan de apoyo mutuo durante varios años puede facilitar el afianzar la autoestima y evitar situaciones no deseadas.
b.4. El equipo directivo ha de tener en consideración, a partir de lo informado por los profesores, los grupos que pueden presentar más problemas y asignarles un tutor con experiencia e implicación que sepa manejar los conflictos.
b.5. Talleres de habilidades sociales, resolución de conflictos y autoestima llevados a cabo por el Departamento de Orientación y por agentes externos.
b.6. Proponer a los tutores los cambios semanales o quincenales de sitio de los alumnos en el aula. Así se fomentan relaciones que de otra forma casi serían imposibles, se deshacen influencias negativas y se favorece la sensación de grupo.
b.7. Realizar reuniones informativas con las familias para crear un clima general de escucha y confianza. Si es posible, incluso crear una escuela de padres en la que se proporcionen talleres para el aprendizaje de problemática adolescente.

         En definitiva, es necesaria la coordinación de todos los miembros de la comunidad educativa para evitar situaciones de acoso escolar. El estar atentos a las “señales”, en todos los ámbitos (familiar, aula, centro…) y la prevención son los mejores medios para conseguir una buena convivencia y un ambiente adecuado para formación académica y personal. Es tarea de todos nosotros el lograrlo.